"BALNEARIO SZÉCHENYI, BUDAPEST"
Viena y Budapest están unidas por una fantástica línea ferroviaria austríaca. En tres horas, viendo paisajes, estarás en la capital húngara. Aunque este país pertenece a la Unión Europea desde 2.004, no está integrado en la zona euro y su moneda continua siendo el florín. ¡Importante! En la estación de trenes sólo hay una oficina de cambio de divisas, cambiar solo el mínimo imprescindible para coger el metro o un taxis o llegar al hotel. Es mucho más aconsejable cambiar en las oficinas del centro comparando siempre en varias, los tipos de cambio.
Mi sugerencia para esta ciudad es ir a los baños Szechenyi, que se encuentran en Pest y son uno de los baños termales más grandes de Europa. No te arrepentirás de pasar unas horas en un edificio de estilo neobarroco (1913). Disfrutando de sus 15 piscinas, 3 de ellas exteriores. Por eso es una buena propuesta para ir en cualquier época del año.
Para llegar allí puedes ir andando, dándote un paseo recorriendo la Avenida Andrássy. Es la avenida principal de Budapest, o en la línea amarilla del metro. Es la línea más antigua y tiene mucho encanto. Estación "Hosök Tere". Te encontrarás en la Plaza de los Héroes, la plaza fue destruida en la II Guerra Mundial. Enseguida te va a llamar la atención dos edificios, el Museo de Bellas Artes y la Galería de Arte Mücsarnok, a ambos lados. En el centro de la plaza hay dos columnatas en semicírculo que representan sus estatuas a los magiares, es decir, las figuras más importantes de las siete tribus fundadoras de Hungría. Preside la plaza la Columna del Ángel San Gabriel de 36 metros de altura que se creó para conmemorar los 1.000 años de existencia del país.
Cruzando la plaza llegarás al Parque de la Ciudad, Városliget, una delicia pasear por él. Tiene el honor de ser uno de los primeros parques públicos que se hicieron en el mundo. En su día fue una zona de caza de la nobleza. Dentro del parque puedes encontrar el Zoológico, el Castillo Vajdahuyad, rodeado de un romántico lago, que se creó para la Expo de 1896. No es un verdadero castillo sino un conjunto de edificios que encarnan la historia y evolución de los diversos estilos arquitectónicos húngaros. Merece la pena curiosear. Y por último, también está el balneario.
Los baños llevan el nombre del Conde Esteban Szechenyi que luchó contra Napoleón. Fue militar y viajero con iniciativas modernizadoras. Aunque tuvo un mal final. Recordando a este conde, lucen estos baños, muy frecuentados por los húngaros y pocos turistas. Conservando el aire del siglo pasado, todas sus instalaciones te lo recuerdan. La entrada, la zona de venta de billetes, los vestuarios. Hay diferentes tipos de billetes, de entrada, con alquiler de gorro, de toalla..etc. Luego te ponen una pulsera con un chip que te sirve para abrir la puerta de tu vestuario individual del s. XIX. Tiene un amplio horario de 6.00 de la mañana a 10.00 de la noche. Las piscinas exteriores puedes elegir desde agua fría a la más calentita a 37ºC. En el interior hay 12 piscinas con sauna, masajes y un extraños olor a azufre. ¡Saldrás como nuevo!.
*NOTA: Dos propuestas en música. El grupo "Cifra Ensemble" de música húngara, gitana y romani.
Y Franz Liszt y sus rapsodias húngaras:
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